FRANCESCA MORVILLO: UNA JUEZA ANTIMAFIA
- Lucas Manjon & Giulia Baruzzo
- 24 may 2024
- 12 Min. de lectura
Actualizado: 13 oct 2024
Hay mujeres que no han sido sólo vĆctimas de las mafias sino que han hecho su trabajo contra el crimen organizado conscientes de que seguir enfrentando al poder mafioso las habrĆa puesto en una condición de peligro, hasta de muerte. Una de estas mujeres -de las cuales muchas veces se conoce solo el nombre pero nunca la historia- es Francesca Morvillo. AquĆ parte de su historia.

La vida y la carrera de Francesca Morvillo eran, en muchos sentidos, Ćŗnicas. Nació en Palermo el 14 de diciembre de 1945 y se licenciaba en Derecho a la joven edad de 22 aƱos. Era la culminación de una brillante carrera acadĆ©mica que la llevaba a aprobar casi todos los exĆ”menes con las mejores notas y honores. Se graduó con una tesis en relación con las Medidas de seguridad y Estado de Derecho. TenĆa una pluma rigurosa y directa. Inmediatamente despuĆ©s de licenciarse, Francesca se preparaba para las pruebas de ingreso a la magistratura, las cuales aprobaba brillantemente en 1968 y se convertĆa en una de las primeras mujeres magistradas de Italia.

Al igual que su padre Guido Morvillo - fiscal adjunto de Palermo-, y su hermano Alfredo Morvillo -magistrado de Palermo-, Francesca estaba destinada a trabajar en la justicia, primero como jueza del tribunal de Agrigento y luego como fiscala adjunta del Tribunal de Menores de Palermo. Entre otras funciones de prestigio que desempeƱaba tambiĆ©n estaba la de consejera del Tribunal de Apelación. No tenĆa hijos, pero dedicaba una parte de su vida y de su compromiso a los jóvenes: antes de vestir la toga, daba clases a jóvenes internos del Instituto Malaspina de Palermo. Durante muchos aƱos, la pasión en el Derecho ocupaba el primer lugar en su vida, aunque tambiĆ©n destinaba parte de su tiempo a dictar clases en la Facultad de Medicina y CirugĆa de la Universidad de Palermo.
Durante una cena con amigos y colegas, Francesca conocĆa a Giovanni Falcone, el entonces juez de instrucción del Tribunal de Palermo quien, en medio de las causas y las amenazas, se preocupaba por hacerla reĆr. Francesca se habĆa casado en 1979 y su matrimonio se habĆa ido a pique rĆ”pidamente. Giovanni observaba la melancolĆa y la pesadez de esos dĆas en el rostro de Francesca. Ambos magistrados se enamoraban perdidamente el uno del otro. Francesca era la Ćŗnica mujer que podĆa entender y comprender el trabajo y el sacrificio que hacĆa Giovanni, no era un hombre comĆŗn. Ćl tambiĆ©n sabĆa que sólo otro magistrado, que lucharĆ” con igual pasión por la justicia -como era el caso de Francesca- podrĆa soportar lo que los aƱos juntos le tenĆan reservados. La relación entre Francesca y Giovanni comenzaba en un momento en donde las investigaciones contra la mafia se aceleraban, al igual que los ataques contra los representantes del Estado que las realizaban. Cuando se conocĆan, Falcone ya llevaba un aƱo en Palermo, primero como juez de quiebras y luego, convocado por Rocco Chinnici -tras el asesinato del juez Cesare Terranova y su agente de escolta Lenin Mancuso en 1979-, en un magistrado antimafia. Eran tiempos de masacres permanentes en Palermo. Ese mismo aƱo, la Cosa Nostra asesinaba a Michele Reina -el secretario regional de la Democracia Cristiana- y Boris Giuliano -el jefe de la Escuadra Móvil de la PolicĆa de Palermo-; en 1980 a Piersanti Mattarella -el polĆtico y hermano del futuro presidente de Italia-, a Emanuele Basile -el capitĆ”n de Carabinieri-, y a Gaetano Costa, el fiscal de Palermo.

La dĆ©cada del ochenta serĆa terriblemente trĆ”gica y esperanzadora para la sociedad siciliana. En 1980 ademĆ”s de los asesinatos de policĆas, polĆticos, judiciales y transeĆŗntes ocasionales, con la propuesta del juez Rocco Chinnici nacĆa el llamado pool antimafia. Se conformaba por un grupo de magistrados -apoyados por policĆas de probada idoneidad y honestidad- que se dedicaban exclusivamente a perseguir a la Cosa Nostra. Pero las muertes que provocaba la mafia no iban a parar. En 1982 eran asesinados Pio La Torre -el secretario regional del Partido Comunista Italiano- y su compaƱero Rosario Di Salvo, tambiĆ©n el general Carlo Alberto Dalla Chiesa y su esposa Emanuela Setti Carraro. En 1983 a travĆ©s de un coche bomba -una modalidad antigua que volvĆa a escena-, era asesinado Rocco Chinnici, el creador e ideólogo del pool antimafia. En 1985, los policĆas Beppe Montana, Ninni CassarĆ y Roberto Antiochia, tambiĆ©n caĆan muertos por el peso de las balas. En esos aƱos Giovanni comenzaba a comprender la dinĆ”mica que tenĆa la mafia y comenzaba a crear nuevos mĆ©todos de investigación. Por un lado, rastreaba y contactaba a todos aquellos mafiosos que quisieran convertirse en pentiti o arrepentidos colaboradores. El magistrado notaba que los Ćŗnicos rastros que la mafia dejaba eran los que se ocasionaban cuando se movĆa el dinero. Esos rastros se los debĆa identificar, analizar, sistematizar y asĆ intentar reconstruir la estructura y la actividad de las organizaciones mafiosas.

Con el avance de las investigaciones contra la mafia, la vida de Giovanni comenzaba a cambiar: recibĆa su primer equipo de escolta y comenzaba una vida blindada, tanto para Ć©l como para Francesca. Los dos conseguĆan divorciarse y se casaban luego de ocho aƱos de relación. Durante aquellos aƱos, la pareja habĆa sido objeto de cotilleo y deslegitimación: "que se afeite, para que superen al juez comunista" y "que se case con Francesca, para que supere al juez de las amantesā. Las figuras del famoso juez antimafia que se habĆa divorciado, que habĆa colaborado con el FBI de los Estados Unidos en la investigación āPizza Connectionā y a la cual habĆa aportado no solo sus nuevos mĆ©todos de investigación sino tambiĆ©n el testimonio de los pentiti Tommaso Buscetta y Salvatore Contorno y que denunciaba pĆŗblicamente que la mafia actuaba al amparo y en complicidad de diferentes sectores del Estado y que estaba nuevamente en pareja con otra jueza tambiĆ©n divorciada e hija y hermana de otros magistrados eran asediadas.
En 1986, luego de tres aƱos de convivencia, Francesca y Giovanni se casaban. Con una ceremonia discreta y que en muchos aspectos buscaban que pasara desapercibida -como era la costumbre de la Ć©poca para los divorciados-, la misma era celebrada por el alcalde de Palermo -Leoluca Orlando- y contaba con Antonino Caponnetto -el entonces nuevo lĆder del pool antimafia- como uno de los testigos de la unión. La relación de Giovanni y Francesca no estaba alimentada por y en la subalternidad; el combustible de la pareja y de cada uno de ellos era un proyecto profesional, incluso metafĆsico - romĆ”ntico: el de poder transformar a Italia a travĆ©s del instrumento del Derecho. Giovanni Falcone y Francesca Morvillo estaban unidos por la argamasa de ese inmenso sueƱo.
El amor entre los dos era puesto a prueba regularmente por los obstĆ”culos. La fortuna y el riesgo que Giovanni buscaba y se encontraba con la colaboración del mafioso Tommaso Buscetta, aceleraban el trĆ”mite de las investigaciones y ponĆa a Giovanni y al resto del pool antimafia a preparar una acusación judicial contra 707 mafiosos. Ante el riesgo y las presiones, Giovanni y Paolo Borsellino -junto a sus familias- se encerraban durante un mes en la cĆ”rcel de Asinara -en la isla de CerdeƱa- para terminar de preparar la acusación bajo ciertos niveles de seguridad. Francesca no lo abandonaba y lo apoyaba en todo lo que podĆa. Tampoco descuidaba su trabajo como jueza del tribunal de menores. Ella habĆa aceptado no tener hijos. Como le decĆa Giovanni "no se debe tener huĆ©rfanos, se debe tener niƱos".

Las audiencias por el Maxiprocesso di Palermo -como se dio a conocer el juicio que preparó el pool antimafia- comenzaban el 10 de febrero de 1986 y era el resultado del trabajo de aƱos de Giovanni y todos sus compaƱeros. El Maxi se transformaba un punto de inflexión en la lucha contra la mafia. Por primera vez, la Ć©lite de la Cosa Nostra y decenas de sicarios, pasadores, extorsionistas -auto denominados hombres de honor- comparecĆan en una sala judicial, acondicionada especialmente para la ocasión. Gracias a las meticulosas investigaciones del pool, junto a las revelaciones de los pentiti Tommaso Buscetta y Salvatore Contorno, se reconstruĆa por primera vez el organigrama de la Cosa Nostra casi a la perfección, se revelaba el trĆ”fico ilĆcito de drogas a nivel mundial, el lavado de dinero a travĆ©s de los bancos y las empresas de construcción y se identificaba a los responsables de 120 asesinatos. Tras 349 audiencias, el tribunal se retiraba de la sala. Luego de 35 dĆas retornaban con un veredicto en el cual se indicaban 346 condenas y 114 absoluciones. Los jueces imponĆan 19 cadenas perpetuas y 2.265 aƱos de prisión a cientos de mafiosos.
Tras el Ć©xito en el juicio comenzaba una temporada aĆŗn mĆ”s dura para Francesca y Giovanni. Conocida como la temporada de los venenos, Giovanni comenzaba a sufrir una larga y sistemĆ”tica serie de ataques por parte de la Cosa Nostra y de algunos sectores del Estado que buscaban deslegitimar su trabajo y buen nombre. Esa temporada tambiĆ©n se podrĆa haber llamado la temporada de los venenos y la pólvora. El 21 de junio de 1989, en una villa de Addaura, cerca de la ciudad Palermo, donde se encontraba una residencia veraniega que alquilaban los Falcone - Morvillo, las fuerzas de seguridad encargadas de cuidarlos encontraban una bolsa con explosivos. Ese mismo dĆa habĆan sido invitados por la pareja palermitana, la jueza suiza Carla Del Ponte y su colega Claudio Lehman, con quienes Giovanni discutĆa los circuitos de lavado de dinero de dudosa procedencia que llegaban hasta las tierras cantonas. La posibilidad de que una bomba asesinara a los cuatros generaba la sospecha en Giovanni y varios otros miembros de la justicia -y la policĆa-, de que el atentado habĆa sido planeado por algĆŗn miembro del propio Estado; se apuntaban a los desviados, los miembros corruptos del servicio secreto.

DespuĆ©s del intento de atentado en Addaura, Giovanni, Francesca y el resto de los miembros del pool antimafia comenzaban a notar y sentir que el riesgo de vida se volvĆa cada vez mĆ”s real. Giovanni sentĆa que arriesgaba la vida de Francesca e intentaba mantenerla alejada lo mĆ”s posible de Ć©l. El miedo lo llevaba a pedirle que se separaran; le prohibĆa que habitaran el mismo hogar. Varios aƱos despuĆ©s, el hermano de Francesca escribĆa en el libro "El objetivo", que el atentado y las decisiones de Giovanni ātenĆan consecuencias bastantes graves para la pareja (...) ella estaba muy conmocionada y eso afectaba gravemente su vida familiar, porque durante todo el verano, por la noche mi hermana se iba a dormir a Palermo y Ć©l se quedaba allĆ (en la villa de Addaura). (...) Por lo tanto, eso tenĆa repercusiones de carĆ”cter prĆ”ctico e inconvenientes concretos, en su vida familiar y en la conmoción real que todo ello le producĆa". Francesca sabĆa que su lugar estaba cerca de Giovanni, e insistĆa en quedarse con Ć©l. Pasaban los dĆas juntos, pero por la noche era escoltada hasta su casa en Palermo. La discusión se repetĆa regularmente. Un amigo periodista de Giovanni que habĆa llegado a presenciar una de esas tantas discusiones comentaba: āvi que (Falcone) llevaba un arma encima [...] en un momento dado hizo salir a su mujer y discutĆan por que se oponĆa a su presencia en el chalĆ© de Addaura. Por lo menos esa noche habĆan estado discutiendo casi toda la noche, porque ella querĆa quedarse y Ć©l, en cambio, insistĆa mucho para que se fuera. Falcone le decĆa ĀæEntendes que tengo que seguir lĆŗcido? Tengo que permanecer lĆŗcido, tengo que entender, tengo que pensar y si pienso en mĆ no puedo pensar en tiā.
El riesgo era alto. Los ataques de la mafia y parte del Estado sobre Giovanni casi lo sentenciaban a abandonar la isla. En 1991, Giovanni era trasladado al Ministerio de Justicia en Roma. Su trabajo en Palermo se habĆa vuelto muy difĆcil y pensaba que podĆa hacer un mejor trabajo de lucha contra la mafia a la distancia, en la capital del paĆs. Para poder estar cerca de Ć©l, Francesca solicitaba su traslado a Roma como integrante de la Comisión Examinadora de las Oposiciones a la Judicatura. Los relativos buenos tiempos de Giovanni y Francesca en Roma se interrumpĆan de golpe cuando el 9 de agosto de 1991 era asesinado el magistrado Antonino Scopelliti, el funcionario que habĆa apoyado la tesis de Giovanni ante el Tribunal de Casación. En el funeral de su colega, Giovanni nuevamente tomaba conciencia del riesgo que su oficio y vocación le traĆan aparejado. ReconocĆa que por mĆ”s distancia que Ć©l tomarĆ” de Sicilia, Sicilia siempre allĆ seguĆa. "Si lo han decidido, nunca se detendrĆ”n, ahora soy el próximo". Su presunción era acertada. Un equipo de sicarios encabezados por Matteo Messina Denaro -el prĆncipe de la mafia- llegaba hasta Roma e intentaba asesinar a Giovanni, al presentador de televisión que se habĆa mofado de la mafia, Maurizio Costanzo y al ministro de Justicia, Claudio Martelli.
El Ćŗltimo compromiso profesional de Francesca ocurrĆa el 22 de mayo de 1992, en el hotel Ergife Palace de Roma, como integrante de la comisión examinadora de un concurso para acceder a la judicatura. Aunque era consciente de los riesgos para su propia vida que corrĆa con su marido, Francesca no querĆa cambiar su estilo de vida, por ello lo animaba constantemente a seguir luchando contra la mafia. Francesca era una mujer apacible y discreta, pero su papel en la vida de Giovanni era tan importante que hoy muchos de los amigos de la pareja afirman que quizĆ”s el Falcone que se ha llegado a conocer no habrĆa tenido tanta fuerza y determinación sin ella. El 23 de mayo de 1992, Giovanni y Francesca llegaban a Palermo. Ćl se sentaba en el asiento del conductor y la mujer que amaba -y lo amaba a Ć©l-, se sentaba a su lado. En el asiento trasero se ubicaba Giuseppe Costanza, el chofer - escolta designado para trasladar a la pareja. A las 17.57 horas, el vehĆculo que conducĆa Giovani y que iba acompaƱado de otros dos como custodia se aproximaban por la autopista A29 a la salida de Capaci, muy cerca de la ciudad Palermo. Un minuto despuĆ©s, exactamente a las 17:58, una carga explosiva de 500 kilos de TNT colocados en un drenaje que atravesaba la autopista estallaba.

El primer coche blindado de la comitiva, un Fiat Croma marrón, era golpeado de lleno por la explosión y lo lanzaba fuera de la autopista, provocando la muerte inmediata de los agentes Antonio Montinaro, Vito Schifani y Rocco Dicillo. El segundo coche, un Croma blanco conducido por Giovanni se estrellaba contra el muro de asfalto y escombros que se habĆa levantado sĆŗbitamente por la explosión. La pareja terminaba impactando de lleno contra el vidrio delantero. Giuseppe Constanza, el chofer que en esa como en otras muchas oportunidades le habĆa cedido el volante a Giovanni lograba sobrevivir. Los agentes Paolo Capuzza, Gaspare Cervelló y Ćngelo Corbo, que viajaban en el tercer coche -el Croma azul- quedaban heridos, pero sobrevivĆan. Los tres policĆas que sobrevivĆan, tras los momentos de conmoción inmediata, se alineaban para proteger a Giovanni y Francesca, temiendo que los asesinos llegaran al lugar a para dar el golpe de gracia.
Giovanni y Francesca seguĆan vivos. Gracias a la ayuda de los habitantes que se acercaban hasta el lugar. Sacaban a Francesca por la ventana del auto. Para liberar a Giovanni de las chapas arrugadas del auto era necesario esperar la llegada de los bomberos. Giovanni fallecĆa a las 19.05 en brazos de su amigo y compaƱero Paolo Borsellino, despuĆ©s de resistir a una incontable cantidad de fallas cardĆacas. Francesca era trasladada hasta el hospital Cervelló y luego al hospital CĆvico de Palermo. FallecĆa alrededor de las diez de la noche debido a la gravedad de las lesiones internas. Cuando aĆŗn estaba consciente en la cama del hospital, pronunciaba sus Ćŗltimas palabras: "ĀæDónde estĆ” Giovanni? La jueza Francesca Morvillo morĆa a los 46 aƱos. El amor de Francesca sobrepasó todos los lĆmites. Era una mujer con un fuerte carĆ”cter, tenĆa su propia vida, su propia personalidad y habĆa elegido un amor difĆcil, uno que debido al riesgo y la seguridad no podĆa llegar a vivir como ella querĆa. Junto a su marido habĆan sido condenados por la mafia a no poder nunca estar solos, a tener que compartir cada momento Ćntimo con los agentes que integraban la escolta, incluso hasta en el momento mismo de la muerte.
Francesca era enterrada junto a su marido en la capilla de la familia Falcone en el cementerio de Sant' Orsola en Palermo. DespuĆ©s del 3 de junio de 2015, cuando los restos de Giovanni eran trasladados al Panteón de Palermo -a la Iglesia de San DomĆ©nico-, Francesca era trasladada por el Ayuntamiento de Palermo a una capilla en el Cementerio de Santa MarĆa dei Rotoli. Lo que la vida habĆa intentado separar cada dĆa, sólo los vivos despuĆ©s de la muerte lo lograrĆan. La Fundación Falcone terminaba dividiendo el descanso en unión de la pareja y les asignaba diferentes destinos a sus cuerpos. Por suerte las decisiones de los humanos no afectan a las almas.
Todos los aƱos, el 23 de mayo se celebra una larga serie de actividades en Palermo y Capaci para conmemorar la vida del juez Giovanni Falcone, de la jueza Francesca Morvillo y de los agentes de escolta Vito Schifani, Rocco Dicillo y Antonio Montinaro. Francesca ha sido galardonada con la Medalla de Oro al Valor Civil, se le ha dedicado el Centro de Primera Acogida de Menores de Palermo, una placa en su memoria por parte de los estudiantes de Malaspina, una placa en el Tribunal de Agrigento. TambiĆ©n se ha nombrado al grupo de voluntarios de la asociación Libera contro le mafie en la ciudad de GĆ©nova. Varias propiedades confiscadas a la mafia llevan su nombre. Francesca Morvillo es la Ćŗnica mujer jueza en esa larga lista de personas que han sacrificado su vida para contribuir a que nuestra existencia estĆ© libre de la violencia del crimen organizado. La mansedumbre de esta gran mujer, bella y profesionalmente destacada, cercana a un maravilloso āperdedorā que se adelantó a su tiempo, es una virtud que hace reflexionar sobre el sacrificio hecho por ella y por las muchas personas, mĆ”rtires de la historia italiana, que cumplĆan su trabajo con la intención de afirmar la justicia y la legalidad.